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lunes, 23 de noviembre de 2015

QUIENES SON LOS TERRORISTAS...???

¡DEJEMOS DE CANTAR LA MARSELLESA Y ACABEMOS CON LOS TERRORISTAS!


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Estos últimos días, estamos asistiendo a numerosos homenajes a las víctimas de los brutales atentados de París.
Todo el mundo se hace la foto en teatralizados actos de repulsa y rechazo al terrorismo de Estado Islámico, con cara constreñida y gesto fingidamente compungido.
¿Pero alguien se pregunta por qué razón nuestros gobiernos colaboran tan estrechamente con esos países que financian y ayudan al terrorismo de ISIS?
Por ejemplo, está documentado que los combatientes de ISIS entran y salen de Turquía (país de la OTAN y sede de la última cumbre del G-20), con total impunidad.
Y nadie hace nada al respecto.
Nafeez Ahmed
Nafeez Ahmed
El Dr. Nafeez Ahmed, reconocido investigador y periodista que ha publicado en The Independent, The Scotsman, Sydney Morning Herald, The Age, The Huffington Post, New Statesman, Prospect Magazine y Le Monde Diplomatique, entre muchos otros, nos habla de los vínculos entre el gobierno turco y Estado Islámico:
Un alto funcionario occidental familiarizado con gran cantidad de información de inteligencia obtenida este verano, dijo a The Guardian que “las relaciones directas entre las autoridades turcas y los miembros de ISIS era ya ‘innegables'”.
El mismo funcionario confirmó que Turquía, país miembro de la OTAN, no sólo está apoyando a ISIS, sino también a otros grupos yihadistas, incluyendo Ahrar al-Sham y Jabhat al-Nusra, filial de al-Qaeda en Siria. “Las distinciones entre ellos son mínimas”, dijo el funcionario
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De hecho, un ex combatiente de ISIS declaró a Newsweek que Turquía permitió que los camiones de ISIS procedentes de Raqqa, cruzaran la “frontera turca y viajen por territorio turco para después volver a atacar al otro lado de la frontera a los kurdos sirios en la ciudad de Serekaniye, en el norte de Siria” en febrero.
“Los militantes de ISIS viajaban libremente a través de Turquía en un convoy de camiones, y disponían de casas y refugios seguros a lo largo del camino”
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Este ex técnico de comunicaciones de ISIS también admitió que él rutinariamente “conectaba a capitanes y comandantes de campo de ISIS en Siria con gente en Turquía en innumerables ocasiones”, y agregó que “las personas que hablaron los comandantes de ISIS eran funcionarios turcos…de hecho, los comandantes de ISIS nos dijeron que no debíamos temer nada de nada porque había plena cooperación con los turcos”.
Además, en su artículo, Ahmed también documenta el hecho de que ISIS ha sido capaz de vender más de 800 millones de dólares en petróleo en Turquía …
Turquía también ha jugado un papel clave en facilitar las vías de financiación claves para la expansión de ISIS: las ventas de petróleo en el mercado negro. Fuentes políticas y de inteligencia de alto rango en Turquía e Irak confirman que las autoridades turcas han facilitado activamente las ventas de petróleo de ISIS a través del país.
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El verano pasado, Mehmet Ali Ediboglu, un diputado de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo, estima que la cantidad de ventas de petróleo de ISIS en Turquía ascendió a 800 millones de dólares.
Pues bien, si todo esto es sabido por periodistas y políticos turcos, es obvio que también lo saben TODAS las agencias de inteligencia de todos los países y por lo tanto TODOS LOS GOBIERNOS Y LÍDERES.
Entonces, ¿Por qué razón, los más altos mandatarios de las 20 principales economías mundiales, (G-20), aceptaron acudir a una cumbre organizada por un país con tan claros y conocidos vínculos con el mismo terrorismo que supuestamente mató a tantas personas en París?
¿Cómo puede explicar la canciller alemana Angela Merkel, estar tan dispuesta a cooperar con el gobierno turco, conociendo sus vinculaciones terroristas?
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¿Se ha preguntado por un momento, estimado lector, lo que le sucedería a usted si la policia le pillara haciendo negocios o reuniéndose con alguien que colabora directamente con el mismo terrorismo yihadista que ha atacado París?
Imagine por un momento que usted tiene un vecino que pertenece a Estado Islámico o que colabora estrechamente con los terroristas. Imagine que usted hace negocios con esa persona (como hacen nuestros gobiernos con Erdogan) y que acude a su casa para asistir a reuniones (como la cumbre del G-20 en Turquia).
Usted sería automáticamente detenido e interrogado por la policia y las agencias de seguridad.
Y si se llegar a confirmar que usted sabía que su vecino era un terrorista o que colaboraba estrechamente con Estado Islámico y que usted lo encubrió (como hacen nuestros gobiernos informados por sus respectivas agencias de inteligencia), puede tener por seguro que usted acabaría con los huesos en la cárcel, acusado de colaboración con el terrorismo.
Los medios de comunicación montarían gran alboroto con ello y posiblemente publicarían su fotografía para que la viera todo el mundo, vinculándole con una red de apoyo al yihadismo.
Pues bien, esto es lo que ha hecho Mariano Rajoy, asistiendo a la cumbre del G-20; esto es lo que ha hecho Barack Obama, David Cameron o Angela Merkel. Incluso lo que ha hecho Vladimir Putin y tantos y tantos mandatarios de todo el mundo.
Todos conocen el papel de Turquía y todos conocen perfectamente los vínculos con el terrorismo de Recep Tayyip Erdogan (entre muchos otros).
Todos saben que este auténtico psicópata está detrás del brutal atentado terrorista que acabó con la vida de 128 personas en Ankara el pasado 10 de octubre, mientras se manifestaban por la paz en un acto organizado por la oposición al propio Erdogan.
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Sin embargo, nuestros estimados y superdemocráticos líderes, no tienen ni el más mínimo reparo en encajar la mano con este criminal terrorista.
Dos "grandes demócratas": Mariano Rajoy y Racep Tayyip Erdogan
Dos “grandes demócratas”: Mariano Rajoy y Racep Tayyip Erdogan
Ahora sin duda habrá quien nos calificará de simplistas y afirmará que “la política internacional es así y siempre ha sido así”. Nos dirán que en la política no se puede decir la verdad puesto que priman los intereses y nos pondrán mil y un ejemplos de ello, empezando por los crímenes de Israel y terminando por los de cualquier dictadura africana.
Y tendrán razón: de hecho, es lo que tratamos de decir.
Lo único que hacemos, es aprovechar el asunto de los atentados de París, para recordarle a la población lo que son en realidad nuestros líderes políticos: personajes abyectos que ocultan la auténtica verdad sobre el terrorismo; que mienten a sus pueblos en todo aquello que realmente importa; que pactan con una sonrisa en los labios con criminales, genocidas y terroristas sin escrúpulos, y que realizan suculentos negocios por puro interés con aquellos que no titubean en matar a centenares o miles de personas inocentes.
El encubrimiento que nuestros bienamados líderes hacen de la participación de Turquía en el terrorismo yihadista, es solo un ejemplo más de ello, entre tantos y tantos otros.
Dejemos pues de cantar la marsellesa, de ponernos la banderita tricolor en el avatar de Facebook o de llenarnos la boca con el dichoso “todos somos Francia”, mientras perpetramos patéticos minutos de silencio por las víctimas de París.
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¡Dejémonos de tanta hipocresía repugnante!
Es obvio que las víctimas de París nos importan un rábano.
Porque si realmente nos importaran las víctimas de París y les tuviéramos auténtico respeto, si realmente quisiéramos que se les hiciera justicia, lo primero que haríamos sería meter en la cárcel de por vida a los auténticos criminales promotores del terrorismo…
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lunes, 2 de noviembre de 2015

Y LLEGO EL CHIP...

Más de 10 mil personas ya se implantaron en el cuerpo un chip informático

La nueva moda del “transhumanismo”.Son dispositivos de corto alcance, que permiten llevar contraseñas e información personal de modo seguro. En la Argentina ya hay usuarios que los utilizan.
Los chips implantados sólo pueden ser detectados a través de una radiografía.
Los chips implantados sólo pueden ser detectados a través de una radiografía.
El transhumanismo (o H+) es una corriente cultural con base científica que adopta la tecnología como una herramienta para incentivar la evolución biológica. La nueva tendencia de sus partidarios es alojar en su cuerpo un chip informático NFC. Según estimaciones de la firma Dangerous Things, el mayor proveedor global de estos dispositivos, ya hay más de 10.000 personas en el mundo con estos implantes, algunas de ellas en la Argentina. Este detalle cibernético convierte a sus portadores en los primeros cyborgs por voluntad y no por necesidad.
Los chips NFC de corto alcance –similares a los que usan la tarjeta SUBE y los nuevos pasaportes y que ahora incorporan muchos smartphones– son ideales para el intercambio de información instantánea entre dispositivos, y funcionan cuando éstos se encuentran a menos de 10 centímetros. El circuito se basa en la creación de un campo electromagnético que permite la conexión del lector y el chip receptor.
La utilidad es amplia. Pueden enviar información personal, almacenar todas las contraseñas que uno maneja, encender las luces o interactuar con determinados electrodomésticos. Se espera que en un futuro sustituya a los actuales medios de pago, las tarjetas de transporte público, los historiales médicos y hasta pueda ser acondicionado como un geolocalizador.
El poder de almacenamiento de estos chips es bastante bajo: ronda los 1024 bytes (1 Kb). Capacidad que los limita únicamente a textos. Y si bien no va a servir para alojar una biblioteca digital con documentos cifrados, este espacio le sobra para activar la alarma del auto o pagar la cuenta del supermercado mediante un conjunto de códigos.
Aunque el chip se puede disimular en cualquier parte del cuerpo, lo más práctico es inyectarlo en la mano, en la zona entre el dedo índice y el pulgar. La moda actual dicta que lo ideal es llevar dos: uno en cada extremidad. Su precio oscila entre los $ 400 y los $ 1.200.
Por lo general, estos chips están envueltos en una cápsula de cristal de 12 milímetros de largo por 2 de ancho y son similares a un grano de arroz. Para aquellos que se animan al pinchazo, algunos modelos vienen con una aplicador especial (como si fuera una jeringa) que tiene en la punta una aguja hipodérmica para introducir el chip en el cuerpo.
Para programarlo, se usa una aplicación que se descarga al teléfono o a la propia computadora y que permite automatizar las acciones que el chip deberá cumplir. Una vez infiltrado bajo la piel, el propietario puede modificar o eliminar todas las funciones activas.
Si alguien piensa ocultar información valiosa en un chip, es porque ya hubo alguien que se propuso robarla. “Una de las ventajas de esta tecnología es que el chip no genera electricidad, lo que vuelve difícil determinar si alguien lleva uno en su organismo. Y por más que se sepa que tiene uno escondido, no se puede adivinar en donde está. Hubo un primer protocolo que no guardaba bien la información y otro más reciente, que es muy difícil de quebrar. El primero puede resultar peligroso, el otro, no. De todos modos, si se hacen muy populares, es posible que los hackers comiencen a dirigir sus ataques a estos objetos, algo que de momento no sucede” explica Pablo Ramos, jefe del laboratorio de investigación de ESET.
El lado oscuro de estos chips es su uso en ataques cibernéticos mediante una técnica llamada como Biohacking. Un experto en seguridad llamado Seth Wahle –que trabaja como ingeniero en la empresa APA Wireless– demostró la fácil que es hacerlo: se puso un chip NFC que tiene integrada una pequeña antena y que puede enviar una petición de contacto a cualquier teléfono Android. Cuando el dueño del aparato aceptaba, le filtraba un malware –programa malicioso– con el que tomaba el control del móvil. El nivel de discreción que ofrece el chip es tan elevado, que no puede ser detectado ni en los aeropuertos. La única forma de saber dónde se ubica es a través de una radiografía.